Viven en pequeños grupos de unas 10 o 12 personas, en casas construidas en las copas de los arboles, en mitad de la selva...
No saben lo que es la electricidad, ni los ccoches, ni las carreteras... y tampoco conocen la penicilina ni nada relacionado con el progreso. A los extranjeros los llaman laleo, que significa "demonios fantasmas" aunque la mayoria ni siquiera ha visto jamas a una persona de raza blanca.Asi lo cuenta Paul Raffaele, uno de los pocos exploradores que ha convivido con ellos. Para llegar hasta los korowai tuvo que caminar y navegar durante varios dias por una selva inundada. Su propio guia jamas habia remontado tanto el rio, porque los korowai amenazan con matar a quienes se adentren en sus dominios...

Segun Boas, lo normal es que el moribundo pronuncie antes de morir el nombre de su khakhua asesino, que podia ser un habitante de su casa (arbol) o de otra distinta. Por eso hay que acabar con los khakhuas, son dañinos, asegura el jefe, que especifica "nosotros no comemos humanos, solo khakhuas".

Raffaele dice que se sintio a salvo con Boas, pero cuando aparecio Kilikili, el asesino mas notable del clan, una sensacion de miedo recorrio su cuerpo. Kilikili saco de una bolsa el craneo de Bunop, su victima mas reciente, a la que habia matado y sacado el cerebro con el hacha de piedra que llevaba colgada al cinto.
Kembaren, el traductor, le conto que Bunop era uno de sus porteadores habituales. Al propio Raffaele le pasaron el craneo, que tuvo que sostener en sus manos. Ningun occidental habia estado jamas en esa situacion. Le contaron que Bunop merecia morir, era un khakhua que habia matado a uno de los miembros del clan.
"Lo atamos, lo llevamos rio arriba y lo acribillamos a flechazos. Luego, mientras entonabamos nuestros cantos, le sacamos los intestinos, le abrimos las costillas, le cortamos los brazos y las piernas". Despues repartieron los trozos de carne entre los miembros del clan. La cabeza se la dieron al que habia identificado al khakhua.
Cocinaban la carne humana igual que la de cerdo, envuelta en hojas de platano bajo una pila de piedras calientes que hacian de horno. Del ser humano se comen todo, excepto los huesos, las uñas... y el pene.


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